Las ratas son unos roedores de mediano tamaño que no superan los 300 gr de peso y los 30 cm sin incluir la cola, que a veces tiene el mismo tamaño. El género al que pertenecen (Rattus) tiene entre 56 y 65 especies de las cuáles la rata parda y la negra son las más comunes en los entornos urbanos de todo el mundo (menos en los polos).
Son unos animales que comen de todo y en las zonas urbanas se suelen alimentar de los desperdicios que los humanos generamos creando un entorno idílico para ellas. Entre sus muchas cualidades está su capacidad de nadar, cazar animales de su mismo tamaño o ligeramente mayores y la reproducción en masa convirtiéndose así en una plaga difícil de controlar.
El problema que supone esta especie para la población humana es la convivencia con ella, ya que se alojan en nuestros hogares causando grandes daños. Pero el peligro llega cuando las ratas se alimentan de nuestra comida, pudiendo contaminarla con enfermedades que pueden causar problemas serios en las personas.
Debido a la gran capacidad de proliferación de las ratas, es una plaga que cuesta controlar. De forma casera se suelen emplear cepos y veneno, pero estos métodos pueden provocar pequeños accidentes sobre todo cuando hay niños pequeños en los hogares.