Existen más tipos de insectos de los que imaginamos y más de uno hemos sufrido alguna vez una plaga en mayor o menor escala. Algunas veces han afectado a los jardines, huertas o cosechas o incluso a nuestro propio hogar. En casa a veces suelen aparecer molestos inquilinos como cucarachas, hormigas o roedores. Si en la vivienda hay madera una de las plagas más temidas es la de terminas. Para el control de plagas existen dos métodos a adoptar: control químico y control biológico. Eso sí, siempre aplicadas por profesionales.
Control químico
El control químico se basa en uso de materiales como pesticidas que sirven para controlar enfermedades o crecimiento de maleza en zonas de cultivo. Existen diferentes tipos de pesticidas para el control de plagas: herbicidas (para evitar el crecimiento de hierbas no deseadas), fungicidas (combaten los hongos), insecticidas (contra los insectos), acaricidas (atacan a los ácaros), nematicidas (eliminan los nematodos de las plantas).
La ventaja de los productos químicos es su bajo coste, pero tiene unas desventajas importantes como los residuos que dejan, algunos organismos han creado ya resistencia a los pesticidas. Otra desventaja es que actúan sobre una especie en concreto por lo que muchas veces es necesario la combinación de varios, pero a la vez no son selectivos y a veces su uso perjudica a otras especies.
Sin embargo, hay una forma de utilizar este tipo de productos; como utilizar pesticidas selectivos, que sean biodegradable o rociar los cultivos de manera que no afecten a otras plantas.
Método biológico para el control de plagas
Otro de los métodos que cada vez se está utilizando más es el control biológico. No obstante, su uso se remonta a la antigua China, en concreto en el siglo cuarto a.C. se empleaban hormigas para combatir las plagas de insectos. Desde el control biológico se utilizan depredadores y parásitos para prevenir plagas. Por ejemplo, las larvas de avispas que viven en la larva de la mosca blanca y que se las comen desde el interior. Otro insecto que ayuda a las plantas es la mariquita que se alimenta de los pulgones.
Para el control de plagas, a parte de los insectos, también se aplican bacterias, hongos y otros microorganismos. Estos últimos también son utilizados como prevención de aparición de enfermedades. Asimismo las feromonas, los extractos de plantas y vitaminas son otros recursos contra el control de plagas.
Algunas de las ventajas de este método; es natural, específico y el enemigo a batir no puede desarrollar resistencia a ser comido. La desventaja es que los insectos no se mantienen en un único lugar. En un invernadero es más fácil su control, pero no en campo abierto. A veces este método natural no es suficiente si la plaga está muy extendida y se ha de acudir a los pesticidas. Pero esa decisión siempre hay que dejarla en manos de profesionales de control de plagas.